Hey Hola! ¿Como están? Ya estoy de regreso después de otra semana de descanso, y ahora si tengo la intención de ponerme las pilas con el blog y actualizar como antes. Y que mejor manera que siguiendo la historia que empece el mes pasado. Alicia me va a ayudar a encontrar estabilidad emocional en estos tiempos, espero que les guste.
Si no sabes quien es Alicia, aquí abajo te dejo las partes anteriores:
Prólogo AQUÍ
Capitulo 1 AQUÍ
Capitulo 2 AQUI
Capítulo 3
Tras la salida de mi madre, me di una ducha y me cambié a un
lindo vestido floreado, había quedado con Claudia para ir cenar, ella fue quien
me dio hospedaje en mis tiempos difíciles, y últimamente no lográbamos
coincidir nuestros horarios.
Como era usual, yo llegue antes al restaurant y Clau con un
retraso de 15 minutos. No importaba, ella siempre tenía una buena excusa.
-Y ahora que fue ¿había una araña en tu coche? - bromee
mientras ella se acercaba a la mesa
- ¿Cual coche? no ha querido arrancar y Julio ha tenido que
traerme en el suyo, por eso el retraso, estaba esperando a que llegara a por
mí.
Julio era su nuevo novio, y digo nuevo porque solo llevaban
juntos poco más de un mes.
-Que amable de su parte. ¿Podemos ordenar ya? -
no había podido comer mucho con mi mama y mi estómago empezaba a
hacer ruidos.
- ¡Claro! dios me libre de una Alicia con hambre.
-No me hace gracia. - Le saque la lengua al mismo tiempo que
levantaba la mano llamando al mesero.
Un joven alto y moreno se acercó a nuestra mesa para tomar
nuestra orden.
- ¿Que van a ordenar señoritas? - dijo con un tono amable y
una gran sonrisa. Algo innecesaria para mi gusto.
-Para mí los wraps de pollo y una margarita de fresa. - No
soy una alcohólica, pero una vez al mes no hacía daño.
-Yo voy a querer la pasta con camarones y té helado- Ahora
me sentía algo culpable por pedir esa margarita.
-Muy bien, ¿algo más que pueda ofrecerles?
-Sí, tu numero por favor, es para mi amiga- dijo
la simpática e irreverente de Claudia.
Abrí los ojos exaltada, porque
no podía juntarme con personas normales
El chico se quedó callado un momento y después volteo a
verme. Su sonrisa fue aún más grande que antes.
-Con gusto te daré mi numero si tú me das el tuyo. - No me
dio tiempo a responder, dio media vuelta y se encamino a la barra por nuestras
bebidas.
- ¿Tú estás loca verdad? ¡Cómo se te ocurre decirle eso
-Oh por dios, ya es hora de que consigas un novio - ni
siquiera me miro a la cara, estaba escribiendo algo en su celular.
-No quiero un novio, estoy muy bien así, gracias. - En ese
momento el mesero regreso con nuestras bebidas, solo las dejo en la mesa sin
decir nada y yo no me atreví a mirarlo.
-No, no estás
bien así, tienes 23, eres guapa, francamente no sé por qué sigues
soltera.
-Ya te lo
dije Clau, no necesito una pareja. - Si no le hubiera dado un gran trago a mi
margarita tal vez la hubiera convencido mejor.
-Alicia,
cuando fue la última vez que fuiste hace una cita. -
-Esto
cuenta como una cita, somos dos personas cenando en un restaurant-
-Me
refería a una cita con alguien del sexo opuesto.
Automáticamente pensé en
esa mañana, cuando había estado en
la cafetería con... demonios ni siquiera se cual sea su nombre.
Afortunadamente
en ese momento llego la comida y mi amiga dejo el tema.
Al final,
cuando el mesero vino a recoger nuestros platos y trajo la cuenta Claudia fue
la que puso su tarjeta en la pequeña carpeta.
-Puedo
pagar mi cuenta sabes- Iba a sacar unos billetes de mi cartera, pero
ella me detuvo.
-Relájate amiga,
ya pagaras tú la próxima vez. - La conocía desde hace mucho tiempo, sabía que no tenía
sentido discutir con ella.
Nos
levantamos y tomamos nuestras bolsas, solo esperábamos a que el mesero
regresara con su tarjeta y el recibo.
-Aquí tienen,
que pasen una buena noche- Mientras decía esto me miraba con
una sonrisa.
-Gracias,
Claudia vámonos-
-Ignora a
mi amiga la amargada, ¿y tú número de teléfono?
-Está a
la vuelta del recibo, espero que en algún momento me llames- El tipo
tuvo el descaro de acercarse y darme un beso en la mejilla. -Me voy antes de
que mi jefe se moleste.
-Hasta
luego, yo me encargo de que ella te llame. -
Después de
dejar a Claudia en su casa y llegar a la mía, me di un largo baño, me puse mi
pijama y decidí terminar mi trabajo pendiente. Cuando saque mi laptop y lo
que iba a necesitar unas hojas de papel cayeron al suelo, eran los dibujos de
aquel chico.
En
seguida me puse a pensar en su cara, un retrato suyo sería algo muy bueno,
recuerdo que solo estaba tomando una taza de café, probablemente pensaría que
estaba loca, primero por robarme sus hojas arrugadas
y después por la forma en que salí corriendo del
local.
¿Por qué
me estaba preguntando todo esto? Tal vez ni siquiera lo vuelva a ver. Tal vez
fue la única ocasión en que iba por la mañana y ya
no volverá a hacerlo.
Aunque
menciono algo sobre seguir viendo sus dibujos... Basta necesito concentrarme en
este reporte.
Pasé el
fin de semana en pijama y pidiendo comida a domicilio, vi la primera temporada
completa de una serie en Netflix y envié mi trabajo a tiempo.
El lunes
antes del mediodía recibí en la oficina una llamada de mi
madre dándome los detalles sobre la cena de la empresa y en mi hora
de descanso no pude salir a comer porque tenía que ayudar a unos compañeros con
un reporte.
A la
salida me debatí si ir o no a la cafetería. Era algo que siempre hacia, pero
esta vez me aterraba volver a encontrarme con este chico, aunque más que miedo
me daba bastante curiosidad. Tal vez en esta ocasión ambos podríamos compartir
el asiento junto a la ventana, tomar un café y discutir un poco más sobre sus
dibujos. Que tonta soy, era obvio que él no querría sentarse con una
desconocida. Decidí que no iba a dejar que una persona que conozco de nada me
alejara de mi placer culposo de café y un pastelillo.
Entre
como siempre, normal y tranquila, pero mientras ordenaba mi café y sin poder
evitarlo, mire hacia las ventanas, hacia mi usual asiento. Vacío, esta vez no
estaba ocupado por nadie. No quise sentirme desilusionada, más bien pensé
animadamente como esta vez podría sentarme donde me gustaba y disfrutar de mi
café.
Intente
continuar con la lectura de un libro, pero cada que se abría la puerta de
entrada y sonaba la alegre campanita miraba disimuladamente para ver quien
entraba.
Termine
mi café y sin más remedio me levante dispuesta a irme.
Antes de
salir por la puerta me dije a mi misma que iba a ser de esas veces que conoces
a alguien, pero nunca más vuelves a ver a esa persona.
Esa noche
coloque los dibujos en un tablero de corcho que tenía en mi cuarto, solamente
lo hacía para que no arrugaran más, solo por eso.
Sin darme
cuenta de nuevo era viernes y yo buscaba algún modo de zafarme de la cena que
se celebraba ese fin de semana. Salí un poco antes del trabajo y con el antojo
de un brownie me dirigí al café.
Estaba en
el lugar de siempre, en medio de un capítulo de lo más interesante, la
protagonista del libro acababa de descubrir un secreto sobre su familia, cuando
sentí alguien a un lado.
- ¿Está
ocupado este asiento?
Era el,
el ladrón de asientos, el desconocido, el chico aquel.
Iba a
contestar, pero él ya se había sentado en la silla frente a mí.
-Veo que
ahora nadie robo tu lugar- Con la mayor calma posible comenzó a sacar un
cuaderno y lápices de su mochila.
-No hasta
ahora- Vaya Alicia, que buena forma de empezar una conversación.
Detuvo lo
que estaba haciendo y me miro – Perdona si te moleste, encontrare otro lugar.
-No,
perdóname tu a mí, eso fue bastante grosero, puedes quedarte si quieres.
-Pues
gracias, esperaba que dijeras eso, la luz aquí es muy buena.
-Ya no
habías venido- ¡Rayos! Ahora sabría que había estado esperando verlo.
No
pareció interesado en eso y si fue así solo lo ignoro
-Estuve fuera
de la ciudad, pero lo cierto es que desde ese día me di cuenta que el ambiente
aquí es mejor a estas horas.
-Está
casi vacío- Di un vistazo alrededor del local para señalar lo obvio.
-Por eso
mismo, mientras menos personas sean, menos es el estrés ajeno que se siente
-Eres
raro- No que va, si mis habilidades sociales eran de primera
-Lo dice
alguien que se roba la basura de otras personas. - Me lo merecía por grosera.
-Pues
para mí no eran basura- agache la mirada.
-Dijiste
que tu nombre era Alicia ¿verdad? -
Asentí
con la cabeza - ¿Y el tuyo cuál es?
-Julio,
pero no me gusta, lo detesto-
- ¿Por
qué?, no tiene nada de malo- estaba siendo muy honesta.
-Créeme,
tener el nombre de un mes no es nada divertido. - Solté una risa
-Cuéntame
algo de ti-
- ¿Qué
quieres saber? ¿mi color favorito?
-Bah! No,
cuéntame algo interesante, no perdamos el tiempo con cosas tan comunes. TIEMPO
-Pues,
soy escritora, reportera más bien, trabajo para una revista-
-Vaya,
nunca había conocida a una reportera, ¿Escribes algo más?
-A veces
escribo novelas- Esto era algo que pocas personas sabían de mí y este chico en
menos de 5 minutos hizo que se lo contara.
-Me
encantaría leer algo de tu autoría-
-Si… no
lo creo ¿y tú? ¿Haces algo más aparte del dibujo?
-Pues te
diré que sí, sabes, a veces también escribo cosas, pero son más para mí que
para los demás.
-Entonces
supongo que nunca poder leer algo tuyo- Quise no sonar tan decepcionada.
-No digas
nunca, tal vez deje que algún día leas algo- Todo este tiempo había estado
dibujando en una hoja, pero se detuvo y cambio de lápiz antes de continuar
hablando.
-Así que
estuviste esperando que volviera-
No le
respondí.
-Sabes,
solo hay dos motivos por los cuales pudiste haber hecho eso-
- ¿y cuáles
son según tú esos motivos? –
- Bueno hay
dos motivos para entablar conversación con un desconocido, uno, porque le
encuentras una utilidad práctica a esa persona, o dos, porque te sientes
terriblemente desesperada por algo nuevo en tu vida, ambas me parecen
interesantes.
- No me
siento terriblemente desesperada por algo nuevo.
- ¿Entonces
que utilidad podría tener? – esta persona, que ni siquiera sé de donde salió pretendía
analizarme como ningún psicólogo lo había hecho.
-Ninguna,
simplemente tenia curiosidad. Ahora dime tu, cuál es el motivo por el que
decidiste sentarte aquí el día de hoy. – yo también podía jugar a las preguntas
incomodas
-Atraes
mi curiosidad- dijo como si nada.
- ¿Curiosidad
por qué? - No iba a dejar el tema tan fácil.
- Porque
eres linda y pareces interesante, compleja y osada.
- Gracias
por lo de linda, pero en la última, no sé si osada me defina bien- me quede
pensando - ¿Sería lo mismo que impulsiva?
- Quizás no
impulsiva, más bien, mujer de riesgo, que sabe lo que quiere y aunque le falte
voluntad para tomarlo, lo desea todo con pasión. Así puedo percibirte-
- ¿Qué te
hace pensar que soy así?
-El
primer día viniste y te sentaste después de que me fue, tomaste las hojas
arrugadas que tire al piso, y esta semana, por alguna razón esperabas que yo volviera.
-Llevamos
hablando media hora y casi me descifras por completo.
Casi.
Este fue el capitulo del día de hoy, espero que les haya gustado y que si no sabían quien era Alicia, hayan leido las partes anteriores. También me gustaría saber que les parece el nuevo diseño del blog. Aun no esta terminado, pero ya necesitaba unos arreglos.
Ya pronto regresare con las reseñas. Lo prometo por la garrita.
Les mando un beso y nos leemos en la próxima entrada.
Hola Nadia!
ResponderBorrarYa casi ni me acordaba de Alicia, que gusto volver a leerte, me ha gustado mucho este capitulo y me ha sacado más de una sonrisa, tengo muchas ganas de leer tu continuación!
Besos!
Jajajaja admito que tuve que repasar un poco los anteriores capitulos para acordarme. Este capitulo fue mas largo, eso me gusta. La conversación fue dinamica y muy divertida. Vaya locura lo de Alicia xD. Me gusto mucho, espero lo continues pronto :3
ResponderBorrar¡Hola!
ResponderBorrarSomos un grupo de tres lectoras, entusiasmadas por el mundo de las letras. Nos gusta mucho leer y escribir sobre las lecturas que hacemos. Por ello tenemos muchas ganas de compartir el placer por los libros e intercambiar ideas y opiniones sobre literatura.
Pasate por nuestro blog,
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gracias :)
Thanks for sharing, nice post!
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