domingo, 31 de julio de 2016

Capitulo 3 "Sobre Alicia"

Hey Hola! ¿Como están? Ya estoy de regreso después de otra semana de descanso, y ahora si tengo la intención de ponerme las pilas con el blog y actualizar como antes.  Y que mejor manera que siguiendo la historia que empece el mes pasado. Alicia me va a ayudar a encontrar estabilidad emocional en estos tiempos, espero que les guste. 

Si no sabes quien es Alicia, aquí abajo te dejo las partes anteriores:



Prólogo AQUÍ

Capitulo 1 AQUÍ

Capitulo 2 AQUI

Capítulo 3

Tras la salida de mi madre, me di una ducha y me cambié a un lindo vestido floreado, había quedado con Claudia para ir cenar, ella fue quien me dio hospedaje en mis tiempos difíciles, y últimamente no lográbamos coincidir nuestros horarios.

Como era usual, yo llegue antes al restaurant y Clau con un retraso de 15 minutos. No importaba, ella siempre tenía una buena excusa.

-Y ahora que fue ¿había una araña en tu coche? - bromee mientras ella se acercaba a la mesa
- ¿Cual coche? no ha querido arrancar y Julio ha tenido que traerme en el suyo, por eso el retraso, estaba esperando a que llegara a por mí.
Julio era su nuevo novio, y digo nuevo porque solo llevaban juntos poco más de un mes.
-Que amable de su parte. ¿Podemos ordenar ya? - no había podido comer mucho con mi mama y mi estómago empezaba a hacer ruidos. 
- ¡Claro! dios me libre de una Alicia con hambre.
-No me hace gracia. - Le saque la lengua al mismo tiempo que levantaba la mano llamando al mesero. 

Un joven alto y moreno se acercó a nuestra mesa para tomar nuestra orden. 

- ¿Que van a ordenar señoritas? - dijo con un tono amable y una gran sonrisa. Algo innecesaria para mi gusto.
-Para mí los wraps de pollo y una margarita de fresa. - No soy una alcohólica, pero una vez al mes no hacía daño.
-Yo voy a querer la pasta con camarones y té helado- Ahora me sentía algo culpable por pedir esa margarita.
-Muy bien, ¿algo más que pueda ofrecerles?
-Sí, tu numero por favor, es para mi amiga- dijo la simpática e irreverente de Claudia. 
Abrí los ojos exaltada, porque no podía juntarme con personas normales
El chico se quedó callado un momento y después volteo a verme. Su sonrisa fue aún más grande que antes.
-Con gusto te daré mi numero si tú me das el tuyo. - No me dio tiempo a responder, dio media vuelta y se encamino a la barra por nuestras bebidas. 
- ¿Tú estás loca verdad? ¡Cómo se te ocurre decirle eso
-Oh por dios, ya es hora de que consigas un novio - ni siquiera me miro a la cara, estaba escribiendo algo en su celular.
-No quiero un novio, estoy muy bien así, gracias. - En ese momento el mesero regreso con nuestras bebidas, solo las dejo en la mesa sin decir nada y yo no me atreví a mirarlo. 
-No, no estás bien así, tienes 23, eres guapa, francamente no sé por qué sigues soltera. 
-Ya te lo dije Clau, no necesito una pareja. - Si no le hubiera dado un gran trago a mi margarita tal vez la hubiera convencido mejor.
-Alicia, cuando fue la última vez que fuiste hace una cita. - 
-Esto cuenta como una cita, somos dos personas cenando en un restaurant-
-Me refería a una cita con alguien del sexo opuesto.
Automáticamente pensé en esa mañana, cuando había estado en la cafetería con... demonios ni siquiera se cual sea su nombre.
Afortunadamente en ese momento llego la comida y mi amiga dejo el tema. 

Al final, cuando el mesero vino a recoger nuestros platos y trajo la cuenta Claudia fue la que puso su tarjeta en la pequeña carpeta.
-Puedo pagar mi cuenta sabes- Iba a sacar unos billetes de mi cartera, pero ella me detuvo.
-Relájate amiga, ya pagaras tú la próxima vez. - La conocía desde hace mucho tiempo, sabía que no tenía sentido discutir con ella. 

Nos levantamos y tomamos nuestras bolsas, solo esperábamos a que el mesero regresara con su tarjeta y el recibo. 

-Aquí tienen, que pasen una buena noche- Mientras decía esto me miraba con una sonrisa.
-Gracias, Claudia vámonos-
-Ignora a mi amiga la amargada, ¿y tú número de teléfono?
-Está a la vuelta del recibo, espero que en algún momento me llames- El tipo tuvo el descaro de acercarse y darme un beso en la mejilla. -Me voy antes de que mi jefe se moleste.
-Hasta luego, yo me encargo de que ella te llame. -

Después de dejar a Claudia en su casa y llegar a la mía, me di un largo baño, me puse mi pijama y decidí terminar mi trabajo pendiente. Cuando saque mi laptop y lo que iba a necesitar unas hojas de papel cayeron al suelo, eran los dibujos de aquel chico. 
En seguida me puse a pensar en su cara, un retrato suyo sería algo muy bueno, recuerdo que solo estaba tomando una taza de café, probablemente pensaría que estaba loca, primero por robarme sus hojas arrugadas y después por la forma en que salí corriendo del local. 
¿Por qué me estaba preguntando todo esto? Tal vez ni siquiera lo vuelva a ver. Tal vez fue la única ocasión en que iba por la mañana y ya no volverá a hacerlo.
Aunque menciono algo sobre seguir viendo sus dibujos... Basta necesito concentrarme en este reporte. 

Pasé el fin de semana en pijama y pidiendo comida a domicilio, vi la primera temporada completa de una serie en Netflix y envié mi trabajo a tiempo.
El lunes antes del mediodía recibí en la oficina una llamada de mi madre dándome los detalles sobre la cena de la empresa y en mi hora de descanso no pude salir a comer porque tenía que ayudar a unos compañeros con un reporte.
A la salida me debatí si ir o no a la cafetería. Era algo que siempre hacia, pero esta vez me aterraba volver a encontrarme con este chico, aunque más que miedo me daba bastante curiosidad. Tal vez en esta ocasión ambos podríamos compartir el asiento junto a la ventana, tomar un café y discutir un poco más sobre sus dibujos. Que tonta soy, era obvio que él no querría sentarse con una desconocida. Decidí que no iba a dejar que una persona que conozco de nada me alejara de mi placer culposo de café y un pastelillo.

Entre como siempre, normal y tranquila, pero mientras ordenaba mi café y sin poder evitarlo, mire hacia las ventanas, hacia mi usual asiento. Vacío, esta vez no estaba ocupado por nadie. No quise sentirme desilusionada, más bien pensé animadamente como esta vez podría sentarme donde me gustaba y disfrutar de mi café.
Intente continuar con la lectura de un libro, pero cada que se abría la puerta de entrada y sonaba la alegre campanita miraba disimuladamente para ver quien entraba.
Termine mi café y sin más remedio me levante dispuesta a irme.
Antes de salir por la puerta me dije a mi misma que iba a ser de esas veces que conoces a alguien, pero nunca más vuelves a ver a esa persona.

Esa noche coloque los dibujos en un tablero de corcho que tenía en mi cuarto, solamente lo hacía para que no arrugaran más, solo por eso.

Sin darme cuenta de nuevo era viernes y yo buscaba algún modo de zafarme de la cena que se celebraba ese fin de semana. Salí un poco antes del trabajo y con el antojo de un brownie me dirigí al café.
Estaba en el lugar de siempre, en medio de un capítulo de lo más interesante, la protagonista del libro acababa de descubrir un secreto sobre su familia, cuando sentí alguien a un lado.

- ¿Está ocupado este asiento?
Era el, el ladrón de asientos, el desconocido, el chico aquel.
Iba a contestar, pero él ya se había sentado en la silla frente a mí.
-Veo que ahora nadie robo tu lugar- Con la mayor calma posible comenzó a sacar un cuaderno y lápices de su mochila.
-No hasta ahora- Vaya Alicia, que buena forma de empezar una conversación.
Detuvo lo que estaba haciendo y me miro – Perdona si te moleste, encontrare otro lugar.
-No, perdóname tu a mí, eso fue bastante grosero, puedes quedarte si quieres.
-Pues gracias, esperaba que dijeras eso, la luz aquí es muy buena.
-Ya no habías venido- ¡Rayos! Ahora sabría que había estado esperando verlo.
No pareció interesado en eso y si fue así solo lo ignoro
-Estuve fuera de la ciudad, pero lo cierto es que desde ese día me di cuenta que el ambiente aquí es mejor a estas horas.
-Está casi vacío- Di un vistazo alrededor del local para señalar lo obvio.
-Por eso mismo, mientras menos personas sean, menos es el estrés ajeno que se siente
-Eres raro- No que va, si mis habilidades sociales eran de primera
-Lo dice alguien que se roba la basura de otras personas. - Me lo merecía por grosera.
-Pues para mí no eran basura- agache la mirada.
-Dijiste que tu nombre era Alicia ¿verdad? -
Asentí con la cabeza - ¿Y el tuyo cuál es?
-Julio, pero no me gusta, lo detesto-
- ¿Por qué?, no tiene nada de malo- estaba siendo muy honesta.
-Créeme, tener el nombre de un mes no es nada divertido. - Solté una risa
-Cuéntame algo de ti-
- ¿Qué quieres saber? ¿mi color favorito?
-Bah! No, cuéntame algo interesante, no perdamos el tiempo con cosas tan comunes. TIEMPO
-Pues, soy escritora, reportera más bien, trabajo para una revista-
-Vaya, nunca había conocida a una reportera, ¿Escribes algo más?
-A veces escribo novelas- Esto era algo que pocas personas sabían de mí y este chico en menos de 5 minutos hizo que se lo contara.
-Me encantaría leer algo de tu autoría-
-Si… no lo creo ¿y tú? ¿Haces algo más aparte del dibujo?
-Pues te diré que sí, sabes, a veces también escribo cosas, pero son más para mí que para los demás.
-Entonces supongo que nunca poder leer algo tuyo- Quise no sonar tan decepcionada.
-No digas nunca, tal vez deje que algún día leas algo- Todo este tiempo había estado dibujando en una hoja, pero se detuvo y cambio de lápiz antes de continuar hablando.
-Así que estuviste esperando que volviera-
No le respondí.
-Sabes, solo hay dos motivos por los cuales pudiste haber hecho eso-
- ¿y cuáles son según tú esos motivos? –
- Bueno hay dos motivos para entablar conversación con un desconocido, uno, porque le encuentras una utilidad práctica a esa persona, o dos, porque te sientes terriblemente desesperada por algo nuevo en tu vida, ambas me parecen interesantes.
- No me siento terriblemente desesperada por algo nuevo.
- ¿Entonces que utilidad podría tener? – esta persona, que ni siquiera sé de donde salió pretendía analizarme como ningún psicólogo lo había hecho.
-Ninguna, simplemente tenia curiosidad. Ahora dime tu, cuál es el motivo por el que decidiste sentarte aquí el día de hoy. – yo también podía jugar a las preguntas incomodas
-Atraes mi curiosidad- dijo como si nada.
- ¿Curiosidad por qué? - No iba a dejar el tema tan fácil.
- Porque eres linda y pareces interesante, compleja y osada.
- Gracias por lo de linda, pero en la última, no sé si osada me defina bien- me quede pensando - ¿Sería lo mismo que impulsiva?
- Quizás no impulsiva, más bien, mujer de riesgo, que sabe lo que quiere y aunque le falte voluntad para tomarlo, lo desea todo con pasión. Así puedo percibirte-
- ¿Qué te hace pensar que soy así?
-El primer día viniste y te sentaste después de que me fue, tomaste las hojas arrugadas que tire al piso, y esta semana, por alguna razón esperabas que yo volviera.
-Llevamos hablando media hora y casi me descifras por completo.

Casi.


Este fue el capitulo del día de hoy, espero que les haya gustado y que si no sabían quien era Alicia, hayan leido las partes anteriores. También me gustaría saber que les parece el nuevo diseño del blog. Aun no esta terminado, pero ya necesitaba unos arreglos. 
Ya pronto regresare con las reseñas. Lo prometo por la garrita. 
Les mando un beso y nos leemos en la próxima entrada. 


4 comentarios:

  1. Hola Nadia!

    Ya casi ni me acordaba de Alicia, que gusto volver a leerte, me ha gustado mucho este capitulo y me ha sacado más de una sonrisa, tengo muchas ganas de leer tu continuación!
    Besos!

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  2. Jajajaja admito que tuve que repasar un poco los anteriores capitulos para acordarme. Este capitulo fue mas largo, eso me gusta. La conversación fue dinamica y muy divertida. Vaya locura lo de Alicia xD. Me gusto mucho, espero lo continues pronto :3

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  3. ¡Hola!
    Somos un grupo de tres lectoras, entusiasmadas por el mundo de las letras. Nos gusta mucho leer y escribir sobre las lecturas que hacemos. Por ello tenemos muchas ganas de compartir el placer por los libros e intercambiar ideas y opiniones sobre literatura.

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    gracias :)

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